El reino Chimú alcanzó su apogeo en el siglo XV, poco antes de su caída ante los Incas. Su capital, Chan Chan, ubicada en lo que alguna vez fue un valle fértil del río Moche o Santa Catalina, fue la ciudad precolombina de adobe más grande de América. Los restos de esta vasta ciudad reflejan en su estructura una estrategia política y social estricta, enfatizada por su división en nueve ‘ciudadelas’ o ‘palacios’ que forman unidades independientes. El valor universal de Chan Chan reside en los extensos restos de esta enorme ciudad jerárquica, incluyendo remanentes de los sistemas industriales, agrícolas y de manejo de agua que regían la ciudad.

La zona monumental de alrededor de seis kilómetros cuadrados en el centro de lo que alguna vez fue una ciudad de veinte kilómetros cuadrados, abarca nueve complejos rectangulares (‘ciudadelas’ o ‘palacios’) delineados por paredes gruesas de adobe. Dentro de estas unidades, edificios como templos, viviendas y almacenes están organizados alrededor de espacios abiertos junto con reservas y plataformas funerales. Las paredes de adobe de los edificios eran decoradas con frisos que representaban motivos abstractos y personajes históricos y religiosos. Alrededor de estos nueve complejos había treinta y dos compuestos y cuatro sectores productivos para actividades como el tallado en madera y el trabajo en metal. Al norte, este y oeste de la ciudad, se han encontrado remanentes de las áreas agrícolas y sistemas de riego. Los ríos Moche y Chicama alguna vez suministraron un sistema de riego complejo a través de un canal de aproximadamente 80 kilómetros de largo, sosteniendo la región de Chan Chan durante el tiempo de la civilización Chimú.

Este sitio arqueológico tan importante se ve amenazado por las personas que dejan su basura en áreas restringidas. Tanto turistas como locales dejan grandes cantidades de basura alrededor del sitio. Cada mes, alrededor de 10 toneladas de residuos sólidos municipales tales como botellas de plástico, envolturas, vidrio, metales y hasta pañales, deben ser removidas del área. A pesar que el equipo de seguridad del sitio ha aumentado sus esfuerzos para evitarlo, las personas parecen encontrar nuevas formas de esquivarlos.

Otra de las amenazas importantes al sitio es el cambio climático. La mayor parte de los daños que sufrió Chan Chan durante el reino Chimú, fueron causados por las tormentas de El Niño, que ocurrían cada 25 a 50 años. Ahora, éste fenómeno ocurre con mayor frecuencia. Los científicos indican que el cambio climático es la causa principal del aumento de precipitaciones. Un reporte de 2007 publicado por la UNESCO describe la erosión de Chan Chan como “rápida y aparentemente imparable” y concluye que “el calentamiento global lleva a los extremos de sequías y fuertes lluvias”. Estructuras protectoras tipo tiendas o toldos han sido levantadas en varias partes de la ciudad. Algunos frisos están siendo protegidos con una solución de agua destilada y jugo de cactus, mientras otros han sido fotografiados y después cubiertos para protegerlos. Paneles con fotografías de los frisos permiten a los visitantes ver cómo la pieza que se encuentra cubierta.

La planta de transformación de residuos a energía wasteWOIMA® utiliza los residuos sólidos municipales como combustible, reduciendo la necesidad de llevarlos a vertederos. Es una solución neutra en cuanto a emisiones de carbono, se asegura que los residuos sean convertidos en energía de forma eficiente, apoya las prácticas locales de manejo de residuos y promueve la acción climática previniendo que los desperdicios sólidos generen metano, un gas de efecto invernadero que afecta 25 veces más que el CO2.

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